Días navideños o no, tenía pendiente hacer una llamada a una vieja amiga y a decir verdad, la que por algún tiempo fue una compañera especial en algunas aventuras de la vida.
Estaba en ciertas calles de Monterrico cuando me detuve frente a una gran fachada para poder conversar. Timbraba una vez, y me decía si el número sería el mismo. Iba por la segunda timbrada y pensaba que cosa le diría luego de tanto tiempo sin hablar, sobre todo si las últimas veces que nos vimos no negociamos amablemente nuestro fin, por decirlo de alguna manera. Timbraba por tercera vez y pensé por un momento en colgar y dejar las cosas, asi, pero bah! yo no soy de los que se quedan con las dudas o de los que dejan las cosas "así nada más". Timbraba la cuarta vez y salió una señora por la ventana de la casa en cuya fachada me había estacionado con un semblante que invitaba a que me largue inmediatamente. Antes que me caiga el Serenazgo colgué y manejé una cuadra más, cuando llegué a un pequeño parque y pude estacionarme para hablar cómodamente.
Y comenzó el conteo de timbradas. Timbró una vez y, ...y contestó. Su voz era la misma. Y la conversa fue algo así:
B: Aló.
K: Hola Brenda, te habla Kisha ¿cómo has estado?
B: No lo puedo creer, ¿en serio eres tú? -y su típica sonrisa, al menos me la imaginaba. Y de paso comenzaba a recordar algunas viejas vivencias.
K: Pues a veces soy yo, sí. -Carcajada.
B: Sí, definitivamente eres tu.
K: ¿Qué tal cómo has estado? ¿Cómo está tu bebé? -yo sabía de la existencia de ese pequenio ser desde hace algún tiempo después de nuestro episodio.
B: Bien, ahí; tu sabes lo que trabajoso que es eso, pero bien. Sigo trabajando en el mismo sitio. ¿y tu?
K: También, ahí haciendo mis cosas de vez en cuando, tú también sabes.
B: A veces te he estado leyendo, pero ya no escribes como antes. ¿Qué pasa, paras full que no te da mucho tiempo?
K: Sí un poco, jaja. Estaba pensando, desde hace tiempo quería conversar contigo, saber cómote había ido, ya que lo último fue un poco ...accidentado.
B: Sí, la verdad sí. Yo también recordaba a veces ¿qué será de la vida de ese chico todo loco?
K: No sé si te gustaría ir por un café, ir a hacer algo y conversamos.
B: No se puede, tu sabes esto de la navidad y las preparaciones que hay que hacer, el año nuevo.
K: Bueno sí pues, pero al menos puedes robarte tiempo de por ahí, total puedes encargar tu niñ...
B: Lo que pasa es que voy a tener un segundo bebé.- That was quick, enough quick.
K: A chispas, vaya, eres como un conejito.-y esa fue con un poquito de segunda.
B: Mmmm, sí casi.
K: Blah, blah, blah.
B: Bleh, bleh, bleh.
...Y así la conversa fluyó por unos minutos más, con el clásico saludo navideño y de año nuevo respectivo. Lamentablemente no puedo poner todo aquí, ni todas las vivencias, en parte por esto del horario de protección al menor :) al menos cumplí con poner nuestro breve encuentro telefónico luego de algunos anios, con tu autorización claro.
Brenda fue una excelente compañía. Estuvo conmigo durante algunas etapas de la universidad y luego nos volvimos a encontrar ya en mis tempranos anios profesionales. Me ensenió algunas cosas y me ayudó a comprobarme a mí mismo si lo que estaba haciendo con mi vida estaba bien. Tengo que agradecerle muchas cosas, aunque sea ella la que diga que siempre le dice a todo mundo cuánto me admira (modestia aparte jeje), ella también se ha ganado mi respeto y admiración por lo chamba que es. Ella si es una chica que decidió ser madre 2 veces y las 2 veces las afronta con todo. No como otras que pulúlan por todas partes que salen al estrellato de la categoría de madres por una casualidad o por no usar la cabeza y ahora con la panza encima, "deciden" tener un bebé tirándose las ínfulas de madre sufrida, y exigen que las traten como todas unas sacrificadas cuando ellas se lo buscan por no planificar y actuar bien, aunque el honor a la verdad -y para no explayar demasiado- la mayoría a contado con una gran dosis de suerte para no entrar en estas estadísticas. Plop!
Al menos me saqué el clavo, o mejor dicho nos sacamos el clavo y cada uno supimos el uno del otro. Increíble como al menos una persona debe ceder un poco para que al final, se demuestre que ambas querían en el fondo llegar al mismo resultado: acordar algo, saber qué fue de aquella persona que cconociste hace algún tiempo atrás o simplemente reconciliarse.