Culminé mi ruta norteña por la Panamericana. Terminé exhausto (2 hrs. manejando), en realidad durante todo el camino estaba exhausto, pero no soy de los que se detienen al costado de la pista a dormir (a pesar que siempre digo eso) me la aguanto y saco fuerzas de mi último hueso del meñique, jeje, para rendir el tramo que me falte. Aunque con los años uno ya va necesitando de ciertas holguras de descanso; total no somos Polystel ¿no? (A los que les falta cayetano: se mantiene jóven aunque pasen los años).
Y seguro dirán, "¿pero 2 horas nomás?" Tranquilos que son 2 hrs. de aeropuerto, 1 en avión, 1 más en instalación en el hotel, a eso le restamos 5 de sueño, y sigamos con la suma: 2 de manejo, como 8 de trabajo y vuelta otras 2 hacia el hotel; y aún me quedan pendientes por hacer. Mañana me toca algo similar pero mucho más cercano a la ciudad donde me encuentro.
Para buena suerte este hotel sí tiene buena conexión así que me toca armar la tabla de los reportes de siempre y luego al sobre.
Me vine por el camino escuchando una buena tanda de cumbias y durante una parte de la carretera pude agarrar el programa que tanto me vacila,el de A. Choy. A veces cuando estoy fuera del Perú, lo sintonizo por internet, jeje.
Entre todo este entuerto de peajes, controles de aeropuertos, azafatas y alquileres de autos, me sucedió algo no muy común: extrañar a algunas personas; espero que no sea una premonición, siempre he sido un poco frío cuando viajo pero en esta ocasión en especial me sucedió lo que ha algunos compañeros les sucede.
En fin, parece que el bobo se me ablando como hace muuuuuuuuuuuuchos años. ¿Que bueno no?
Buenas líneas Kisha, tus líneas me hacen recordar que también hay alguien que hecho de menos, y que ha hecho que se me ablande el "bobo", como a ti. Estamos iguales. Sigue escribiendo me gusta leerte.
ResponderEliminarA mi también me pasaba que no era de mucho feeling, por así decirlo, ....hasta que encontré a la mujer que me movió el bobo y ahora cuando me toca salir a chambear fuera, me da aganas de llevármela en la maleta, y ella gustosa se escondería ahí y pasaría horas soportando eso sólo por estar juntos. Buena reflexión Kisha. Salud!
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