Si alguna vez vuelvo a verte (el recuerdo de cuando realmente luché por alguien)

Pocos lo interpretarán:

Sucedió que la frase de nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde se cumplió. Cuando ello sucedió, ahora que lo recuerdo, ni sé de dónde saqué tanta energía para abocarme en la tarea de conseguir lo que había perdido. Parece que ahí fue, al verme sometido a tal vacío (y en realidad se puede decir que pude tener miles de formas de llenarme, pero en fin, no eran las formas) y probar que era mi existencia sin ella, me hizo notar que no deseaba seguir mis días de la forma en que se estaban presentando. Pues estaba cayendo en la cuenta que verdaderamente te necesitaba.

Esa fue la segunda vez que conocí el amor, al menos en aquellos tiempos estaba seguro de ello, hoy aún caigo en dudas de ese sentimiento; ¿es acaso sentir un tremendo terror al ver el peligro que puede pasar la persona que amas?, ¿es el sentirse también (y de verdad) tan mal cuando aquella persona sufre?, ¿es querer morirse cuando ves que metiste la pata y tu estupidez vuelve a hacer sufrir a la persona que amas?, ¿es querer pasar el resto de los días de tu vida con ella?. ¿es simplemente verla felíz sin querer siquiera también verte felíz a ti mismo?, ¿es intentar traducir lo que sientes explicándolo apenas con la mirada?, ¿es..., es...?, en fin, whatever, si es todo eso - y más- ¿podemos estar seguros que es eso? Me asalta la duda, siento miles de cosas, ¿pero eso es? En fin, decía que ahí fue cuando caí por segunda vez en eso que se podría llamar amor. Esa extraña fuerza invisible que se siente pero no se ve (que trillado), me empujó a luchar de una forma que nunca antes lo había hecho, no sé si algún dia, de presentarse una situación similar, lo volveré a hacer. Sólo recuerdo que me sentía bien de esa lucha, me sentía como uno de los guerreros de Coelho, como si fuera uno de los 300 avanzando contra todo lo que se me impusiera en el camino con tal de alcanzar mi meta: ella.

Empezé a recordarte, empezé a sentirte cuando te perdí, empezé a llorar otra vez de la manera que lloré cuando alguna noche del 2001 sentía que mi vida se iba contigo; y hoy, aunque ya algunos años han pasado, siento la misma tribulación no tan añeja de no poder tenerte (si es que alguna vez te tuve) y pasé la noche pensando en ti, como no lo hacía desde hace ya algún tiempo.

Así que hoy la desesperanza de tu momento aborda mi viejo barco indestrucible a las tormentas, porque antes tu lo navegabas, ahora el es derretible a tu ocaso.

Ojalá y vuelva a verte y no sólo verte pasar, que eso duele.