Disclaimer

Por favor, este blog no es para gente que se cree todo a pie juntillas, gente que se chupa la cantaleta del Ejecutivo, gente cucufata, gente terca, gente que le gusta hacer escandaletes y sobre todo gente monse. (Creo que ni yo lo puedo leer).
...las aventuras descritas aquí "a veces" se parecen a tu realidad. Claro si me las cuentas y me dices que lo ponga, ¡¡¡¿tons qué te quejas?!!!

miércoles, 8 de abril de 2009

Te extraño






Recuerdo que a veces te ausentabas de casa. El trabajo te exigía hacerlo, y a la larga las necesidades del hogar que estabas formando también. Recuerdo que sonriente me mostrabas unas botas que me habías traído. Yo me las quería poner todo el tiempo, botas de vaquero les llamé, y luego las carcajadas de mi madre y las tuyas. Cada vez que como palta mi madre me recuerda que me enseñaste a comer aquel manjar y que juntos hacíamos competencias a ver quien terminaba primero una. Recuerdo que tiré el control remoto de la tele Sony de "última generación" por la ventana hacia el taller que daba en la parte de atrás de la casa, no recuerdo tu molestia. Recuerdo cuando traías cosas que sonriente nos entregabas. El patrullero con los dos policías que salían por la ventana y que podía hacer más de cinco tipos de sirenas me mira destrozado desde el rincón del recuerdo vago de una habitación de casa. El bizcocho trujillano o las salchichas huachanas me hacen pensar más en ti. El día que me felicitaste muy orgulloso por haber entrado a la universidad. Seguro que veías en mi la posibilidad que tu perdiste al quedarte junto a tu madre para ayudar en aquella tienda que tenía la abuela para que tus hermanos puedan terminar sus carreras. Recuerdo que te emocionabas con ver los VHS de las tiendas de electrodomésticos, hasta que al fin compraste uno, y al final yo era quien más lo utilizé. Pero al VH lo reemplazaste por el DVD, ese equipo leía de todo y no era de una super marca, no como mi engreído Sony que a veces se rebela con discos apenas rayados microscópicamente.

 

Querías que vieras las muchas cosas que me están sucediendo y cómo me va en el día a día. No debiste irte. Sé que nadie es eterno pero tu aún no debías irte. Necesitaba que me guiáras en muchas cosas que aún tengo pendientes. Aún necesito tu rostro bonachón, tu manera de recibir las pocas cosas que apenas alcanzé a obsequiarte, tu manera de encontrarle la cosa más buena de las situaciones que pasaban. No fusite nunca malo, no vi nunca en ti envidia, no me enseñaste lo que significa venganza, ni vergüenza, ni ser malo con alguien, ni siquiera me enseñaste a decir "no."

 

Ahora, sobre todo cuando estoy depierto de madrugada y a solas, grito Papá con todas las fuerzas que mi cuerpo puede tener y que mi garganta pueda soportar, pero nadie me escucha, mejor, por estos días -o mjeor dicho madrugadas- acá estoy rodeado de un ruido infernal, así que nadie vendrá a ver las lágrimas que llueven de mi.
 
 

Sólo quiero terminar dándote las gracias por todo. Te quiero.

1 comentario:

  1. Shit, recordé la vez que entre tragos me contaste esta historia. Bastante personal eh!, fuerza brother. Un abrazo.

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