Hans el warrior (Historia del día que un par de ladrones se metieron con un drogo despechado)

El nombre de este tipo me hace recordar a Hannibal, si el personaje de la saga de pelas que todos ya conocemos, y pues a decir verdad, se le parecía un tanto a Él. Resulta que hace algunos meses estaba en una pequeña reúna de 3 brothers con unos tragos, es decir, el comienzo de una "pequeña" borrachera en un bar, perdón una cantina de mala muerte de un barrio de las afueras de la ciudad de México. La conversación en cierta parte de la reúna tocó el tema de cómo estaba ahora Lima, y pues para esta parte de la velada, la tercera punta había caído, es que tomar tequila es cosa de mayores de edad. Yo aún no me explico como llegué a aguantar un poco más, yo no tengo costumbre de mucho trago, jejeje, en serio.

-Pero dime Kisha, ¿cómo sigue Lima?, estará más moderna.

-Lima está un poco más moderna, hay más centros comerciales, más tiendas, ves carros nuevos, pero también ves los viejos. No se renueva, se adiciona. Las combis siguen siendo las mismas. ah eso sí, los choferes de combi ahora está peores. - Las risas de ley.

Se me antojó poner esta foto del faro de Miraflores.

-¿Y los choros, la delincuencia? De vez en cuando veo noticias del Perú, pero sólo veo cosas de Toledo y una que otra nota movida.

- Bueno siempre hay. A veces ves muertes absurdas...

-Como en todos lados - agregó Hans.
-Así es, pero lo más absurdo son las muertes por los atropellos de las combis, los muertos en la carreteras, en fin, el tránsito está hecho un caos.

Y la conversación siguió, pasando por actualidad peruana, un tanto de política, la universidad, la chamba y las cosas que Hans hacía ahora. A Hans lo conocí en los tiempos de la universidad, Él era bastante activo en esa honda de las marchas y manifestaciones, yo fui algunas veces sólo porque quería caerle a una flaca que me gustaba, ella estudiaba con Hans en una de las facus bravas. Hans había caído enamorado de una pastrula mexicana en Lima cuando ella hizo el programa de intercambio estudiantil. A decir verdad, Hans que era otro pastrulo, vio en ella, su media naranja, o mejor dicho su medio tronchito.

Resulta que en plena conversa me dijo que la flaca lo dejó por un "pez gordo" del negocio de la blanca (ya Hans estaba frecuentando gente muy brava, y yo me daba cuenta de ello recién ahí) y pues Él estaba cometiendo actos no muy correctos que digamos. Entre palabra y palabra, me dejó sorprendido lo que me contó cuando dos tipos quisieron asaltarle los pocos pesos que traía, o mejor dicho el último par de tronchos que llevaba consigo.

-Venía caminando recontra asado porque había la flaca me había acabdo de decir que lo nuestro se terminaba porque quería a otro w%3~0n, Kisha. Venía por la calle Sol, cerca del Barrio San Agustín. Venía que reventaba de cólera Kisha. - Los ojos de Hans parecían reventarle cuando me lo contaba, hubiera deseado que los tequilas del lugar se terminaran de una vez.

-En eso dos tipos se me acercan, y me dicen "Hey colorado caete con una lana pues".

Hans es colorado como un gringo. Cuando lo conocí creí que él era un estudiante de intercambio.

-¿Y qué hiciste?

- Traía una botella de plástico, esas de PET, de un refresco que había recién terminado. Así que luego de decirles al par de atarantados que no tenía ni medio, y por supuesto que no me creyeron, no sé como pero se me ocurrió tirar la botella al aire, hacia arriba, no muy alto.

-No. -dije yo incrédulo, aunque imaginándome la tonta jugada.

-Al tirarla así de repente, ambos levantaron la mirada. En eso a uno le metí un puñete con todas mis fuerzas en la barriga que lo dejé sin aire y lo doble hacia el suelo.

-¿Y al otro? - ya no podía imaginarme que Hans también le quedaría tiempo para golpearlo.

-Tomé la botella en el aire ni bien comenzó su bajada, menos mal que venía de cabeza, es decir con el pico hacia abajo; y le metí el pico de la botella en el ojo. Kisha le reventé el ojo, porque la sangre me salpicó toda la cara.

-No te creo, estás hablando p3nd3j4d4s. - Yo estaba mareado, pero no iba a creerme ese cuento. -Kisha te juro. El tipo se quedó llorando por su ojo. Al otro que recién se reincorporaba le metí también con el pico en la frente. Le metí un golpe tan duro que lo oí gritar fuerte. Lo siguiente que recuerdo es que corrí como nunca antes había corrido en mi vida con la botella en la mano por muchas cuadras. Cuando me di cuenta, en el pico había un poco de carne con sangre.

-Qué asco. Pero aún así no te creo. -Me enterqué.

-Bueno, tiré la botella y seguí corriendo. Me desperté en mi cuarto ya por la noche. No sé cómo habría llegado hasta ahí. Pero no era un sueño. El espejo me mostró la sangre que tenía salpicada en la cara y en la mano.

-Pwt4, no sé si creerte.

-Kisha yo tampoco entiendo bien, pero la sangre la vi ya luego de muchas horas y ya había "aterrizado".

La conversa terminó a los pocos minutos y nos fuimos de ahí. Dejamos a la tercera punta en su cuarto y Hans me dejó en mi hotel. Me dijo que sabría cuidarse que no me preocupe. En fin, esa fue la útlima vez que lo vi. Ni lo he llamado, ni e-mails ni nada. Ojalá esté por un camino un poco menos complicado de el que estaba. Hasta el día de hoy no le creo del todo esa historia, pero viniendo de un patrulo que no terminó la universidad, que siente que ya no tiene nada que perder, podría ser. No sé, no sé.